2/01/2011 Vaya semanita

Menuda semana que he tenido, y no ha sido precisamente de investigación de la ciudad o viajes a lugares exóticos … ha faltado uno de los profesores del Degree y aquí está Diego para ocupar horas (aunque la verdad es que las necesitaba para ver si los chicos se ponen un poco al orden con el manejo de ordenador). La parte “mala” también tenía que dar las clases de él de la tarde y están en otro tema así que tocaba preparar las clases… conclusión, me he pasado de 8 a 20.30 aproximadamente trabajando (para que luego digan que los voluntarios no trabajamos, jejeje, a ver si voy a trabajar mas que cuando me pagan o_O). Por tanto el tema de comprar la tarjeta para el móvil se redujo a que no pude ir con el otro voluntario, pero al intentar ir al dia siguiente, una enfermera etíope (o abesa, como se llaman ellos, por eso de que Etiopía era la antigua Abisinia), se ofreció a ayudarme pues a ellos no les pide nada y yo tendría que registrarme, dar fotocopias, fotos y demás. El tema es que la gente aquí es así, simpática, sencilla y siempre dispuesta a ayudar; es mucho más fácil tratar con la gente, todo el mundo parece transparente cuando les miras a los ojos, tienen menos malicia (también porque Zway es una ciudad pequeña, claro, en Addis supongo que estarán más maleados).

Al margen de esto, no tengo muchas aventuras que contar, así que contaré detalles que hacen que cada día descubra cosas nuevas y diferentes aquí.

Los pájaros: para los amantes del birdwatching, tenéis que venir. Hay unas aves pequeñitas parecidas a los gorriones, pero mas pequeñas y con colores brillantes (como la cola de los pavos reales) en rojo, otros azul, otros verdes, otros tienen además un círculo rojo bajo el pico… Otros como urracas pero totalmente azul verdoso brillante y deben ir en grandes bandadas porque el otro día vi en el jardín alrededor de 50 o 60 que estaban investigando la zona. Otros pequeños y zancudos, de colores grises por arriba pero amarillo muy brillante en la panza … Cada día descubro un pájaro diferente … y qué decir de los sonidos; en la ciudad tenemos ruido de fondo de coches o autobuses, aquí el fondo lo ocupan diferentes tipos de cantos, algunos son sólo píos, otros como ronroneos fuerte de gatos, otros como gritos de monos (y son pájaros, creedme, que se pasan el día en el magnolio de 12 metros que tengo junto a la ventana) y hay otros muy graciosos que hacen un ritmo muy pegadizo, algo así como na-na-na-na-na-naanaa (quizá no es muy claro, pero es muy peculiar) … esto es lo que oigo cuando me despierto por las mañanas (si no hay algún trabajador cantando de fondo, que a veces también lo hacen). Tengo unas ganas de acercarme al lago, donde me han dicho que hay muchiiiiiiisimas mas aves … también me han comentado que hay hipopótamos pero no cerca de la ciudad, así que seguiré investigando un poco ese filón (que nunca he visto un hipopótamo en su salsa).

Otro detalle interesante de aquí es la medida del tiempo. Para empezar el calendario es diferente, 12 meses de 30 días y 1 mes de 5 o 6 días (por eso el marketing de Etiopía lo promociona como “13 meses de sol”, bueno no?). La medida de las horas del día también son diferentes: como ellos tienen casi fijo luz solar de 6h a 18h, ellos empiezan a contar cuando sale el sol, con lo cual llevamos 6 horas de diferencia (imaginaros la locura cuando hablamos de horarios y hay que especificar, abesa time o no). Conclusión, no tengo claro en qué mes estoy, a qué hora a veces, y por supuesto, no tengo ni idea cuando cae Navidad aquí.

La gente es muy cercana, se tocan más que en España, o por supuesto mucho más que en el norte de Europa. Tooooodos los días nos saludamos con la mano y hombro, o mano sólo. Los amigos van de la mano a veces (al menos chicos entre ellos y chicas entre ellas) y siempre saludan, como he dicho, hasta a mí sin conocerme me saludan por la calle (los niños por la calle te dan la mano enseguida). Creo que el tema es que no comparten el concepto de espacio personal, y nosotros quizá lo tenemos demasiado desarrollado. La verdad es que aquí no me importa, pero quizá si me pasara en España sí me sentiría algo más incómodo… es curioso cómo se ven las cosas dependiendo del entorno en el que estés. He de decir también que, en general son muy respetuosos, y alguna vez que me han visto de pie los alumnos me dan su silla y buscan otra o comparten silla con tal de que yo tenga sitio para sentarme, ¡qué majos!.

También he aprovechado esta semana para jugar con los peques huérfanos, que además ya están gestionando el tema de llevarlos a orfanato para adopción y pronto se irán de aquí. Creo que las monjas se quedarán un poco tristes, porque les tienen mucho cariño, pero supongo que será lo mejor para ellos si no pueden estar con sus familias aquí (porque algunos sí tienen familia, pero los dejaron abandonados y no se sabe quiénes son). Jugué con ellos a la pelota y puedo decir que, aparte de pasármelo bomba y poder hacerme un par de fotillos con ellos, que son todos guapísimos, ha sido la vez que más mocos he visto en mi vida, jeje.

Otra cosa que puedo decir que me ha gustado conocer aquí, y me refiero a la misión, es que el ser de una religión u otra no es tan importante como yo creía. Aunque se rece de vez en cuando, y por ejemplo en el acto de “Good morning” que se realiza todos los días se habla de algún tema y se reza, se reza supongo el Padre Nuestro o algo así (porque es en amárico y yo no entiendo nada), pero como hay alumnos musulmanes Sister Nieves dice que ellos recen al Dios que ellos crean; o por ejemplo, hay un profesor musulmán, que le han pedido que no se ponga a rezar en la sala de profesores de rodillas y tal, porque da mucho el cante, pero tiene hora libre para ir a rezar a la mezquita en la hora que le corresponde. Según hablaban el otro día, en las escuelas musulmanas no pueden entrar alumnos no musulmanes, pero aquí sí lo permiten, y eso me parece estupendo pues lo importante es que son humanos y que aprendan.

Últimos detalles, esta vez gastronómicos:

• Ya voy aceptando mejor la injera (pan ácimo) mientras sea con alguna salsilla de legumbres de las que hacen para acompañar;
• He probado raíz de palma, que ahí está, un tanto insípida y como si comieras una patata cruda (uno no se pierde mucho si no la come, aunque puede que tenga vitaminas);
• Aquí los donuts se llaman bombolinos (y siguen una receta italiana) y tengo unas ganas locas de probarlos porque tienen una pintaaaaaaa, aaaaahhhhgggg que rico;
• La Fanta se llama Mirinda, que por lo visto era la marca que había en España hace unos cuantos años, pero yo no lo recuerdo, así que supongo que sería hace más de 30 años.

Bueno, es viernes, no tengo clase, y al final no me voy a Addis con Sister Nieves hasta mañana (porque esta mujer siempre está ocupada), así que me voy a dar una vuelta ahora que el sol no quema y a ver si llego al lago, o al menos descubro algo nuevo.