sábado, 7 de enero de 2012

5/1/2012 Fotógrafo en Nochevieja... pero no fotos de la celebración

La celebración de Nochevieja, prácticamente como era de esperar, igual de modesta, y sobre todo con la misma compañía que en Nochebuena y Navidad, que no es mala, pero no es a lo que estoy acostumbrado, claro, no son mi familia y mis amigos. Aquí de todas maneras no era nada, un día cualquiera en mitad del mes. Este sábado, por el contrario, sí es Navidad aquí según el calendario ortodoxo, y lo celebran como en otros lugares del mundo, en familia y en sus casas... conclusión: como no me invite alguien a su casa, que lo dudo mucho que lo hagan, pasaré otra Navidad similar.

En cualquier caso, independientemente de la celebración, mi día de Nochevieja fue un día intensísimo de trabajo (nota mental, si te preguntan ¿nos puedes echar una mano con ...? Pregunta de cuánto tiempo estamos hablando, sobre todo si la que lo pregunta es Nieves, jeje). El caso es que dije que sí a ayudar en el registro de los niños que están apadrinados, y una vez más fui nombrado fotógrafo oficial. Mas de 600 niños (que los pobres estuvieron algunos esperando todo el día supongo que sin comer prácticamente) para ser registrados y recibir una ayuda de material escolar, aceite, jabón y alguna cosilla más. Por lo visto el aceite ha subido mucho y regalarles aceite es algo bastante valorado, y eso que aquí hay aceite de todo: de algodón, de lino, de noug, de palma... creo que de cualquier cosa que tengan que pueda producir aceite. Resumiendo, comenzamos a las 9 de la mañana y terminamos a las 19h, con alrededor de media hora de descanso para comer (y porque le dimos pena a Nieves, yo creo, porque por ella ni descansábamos). De los niños que vinieron, algunos vestían algo mejor, pero muchos tenían ropa muy usada, rota, algunos con solo una zapatilla o medio destrozadas, otros descalzos… me decían que les arreglara un poco al sacarles la foto, porque no salieran llenos de polvo hasta arriba y con medio pantalón y la camiseta a tiras, pues eran las fotos que se les manda a los que apadrinan, pero la verdad es que son así y viven así, así que por una parte me parece lo más normal sacarlos en la foto como son. Con el dinero de los que apadrinan se les da de comer todos los días y se les dan ciertas cosas, pero no da para ropa ni ningún tipo de “lujo”.

Hay que decir, que con todo lo que tuvieron que aguantar, los niños esperaron pacientemente sus turnos, nadie se quejó, y muy contentos se fueron a casa con su regalito de Navidad. Los que estuvimos trabajando en el registro, terminamos agotados y aunque dediqué las últimas horas de mi día a felicitar a ciertas personas por e-mail, no comí uvas ni esperé hasta las 2 de la mañana para celebrar el cambio de año en horario español (para quien piense que es triste, no lo es, al fin y al cabo este día es especial por la gente con la que estás y el ambientillo, así que yo celebraré el año nuevo cuando esté con mis seres queridos y si sigo aquí en Septiembre, cuando entremos en el 2005). Lo que sí es cierto, es que aunque no hice gran cosa, el día de Nochevieja me dejó un buen sabor de boca para terminar el año 2011 “faranji”.

Al margen de esto, todo sigue su curso en la misión y en el College. Sigo más ocupado que los políticos en plena campaña, pero intentando decir cosas coherentes y verdaderas en mis clases. Sigo intentando hacer malabarismos para que me entiendan, lo que me está haciendo desarrollar mi creatividad para explicar las ideas y además una habilidad pasmosa para dibujar en la pizarra (si ya sabía yo que mis capacidades artísticas me llevarían a buen puerto, jeje). También estoy perdiendo la vergüenza a hablar en público, aún con mi inglés spanish, y a hacer un poco el ridículo delante de la gente y reírme de mí mismo, que me hacía falta. Los resultados de los estudiantes, aunque no sean muy buenos, me hacen ver cierta evolución y eso me alegra mucho, pues demuestran que se están esforzando.

En cuanto a mis novedades etíopes se reducen esta semana a la visita a una iglesia ortodoxa, que similar a la que describí en el capítulo de cuando fui a Gabriel, es como una pequeña casa algo antigua, rodeada de un terreno semi-baldío, con cuatro arboles y unos cuantos palos haciendo de asientos. Fui con una amiga de aquí y después de llegar y entrar con ella, me di cuenta que no era mi lugar, y no me refiero por lo de rezar, sino porque literalmente estaba sentado en la zona errónea, en la de mujeres, que es distinta de la de los hombres (aquí hay ciertos aspectos que te sorprende la igualdad entre hombres y mujeres, pero sigue habiendo muchísimas costumbres de este tipo... aparte del hecho de que las mujeres trabajan mucho, sobre todo en los pueblos, y no son respetadas en otras cosas, aunque va cambiando poco a poco). Una vez que me fui a mi sitio, obviamente no pude pasar desapercibido y dos niños vinieron a investigar por qué mis ojos no eran oscuros y mi pelo no era rizado. Al ver mi color también se pusieron a hacer gamas de marrón entre sus brazos y el mío. Cuando me levanté para ver de cerca la iglesia vinieron conmigo y me dieron la mano, mas contentos que nada, y luego estuve jugando un ratito con ellos y les enseñé a jugar al pulso chino. Luego nos fuimos a la casa de mi amiga, y me invitaron de nuevo a café y estuvimos charlando tranquilamente mientras veíamos videos musicales de canciones que todas me parecían igual, pero que debían ser diferentes porque los bailes eran distintos y los cantantes también. Me dio la sensación que aquí las canciones hablan mucho de los trabajadores, de la tierra, de la cultura local, y no tanto de amores y desamores, que es a lo que estoy acostumbrado. Tarde relajada tomando café y charlando, eso es lo que se estila aquí.

Sobre mi amharico, no sé si hablar… mejora muy poco a poco, pero ya sé decir cosas tan prácticas como espera aquí, sandía, pan, café, té, varios saludos... es decir, algunas cosas útiles y otras no tanto pero que las recuerdo, pero la verdad es que se ríen un montón conmigo (y yo también me río, claro) cuando me intentan enseñar palabras y no las recuerdo o las pronuncio mal y termino diciendo otra cosa... ¡¡qué bonito es aprender idiomas!!

Como siempre, no todas las historias son tan bonitas y divertidas y de vez en cuando te enfrentas a situaciones que te hacen meditar sobre dónde estoy viviendo y cómo lo pasa la gente que me rodea. Esta vez fue cuando un chico que estudia el módulo de IT por la mañana, y el grado de IT por la noche me pidió un favor. Para aquellos que piensen que es muy aplicado, lo es, pero aquí es normal, la gente estudia varias cosas para tener algún título con el que conseguir un mejor trabajo. De hecho, casi todos los que estudian en el turno de noche son trabajadores, varios de ellos profesores de primaria o incluso del College pero de otras asignaturas, y por la mañana son mis compañeros y por la tarde mis alumnos. Todo el mundo quiere tener más conocimientos, siempre ansiosos por aprender cosas nuevas; quizá deberíamos aprender en los países que decimos desarrollados, donde a veces parece que lo sabemos todo y necesitamos enseñar a los demás, en vez de aprender (porque yo aquí estoy aprendiendo más de lo que estoy enseñando, lo puedo asegurar).

Sin irme más por las ramas, el tema es que yo doy una copia de las presentaciones en papel y los alumnos se encargan de hacer fotocopias, y este chico vino muy discretamente y me pidió que si podía darle una copia a él, y al preguntarle por qué me dijo que por problemas familiares. Después hablando con otro profesor suyo del módulo me dijo que efectivamente se refiere a problemas de dinero, y entonces se te cae el alma a los pies cuando te das cuenta que hay alumnos que literalmente no tienen ni para fotocopias. Este chico, siempre viene bien vestido (siempre con lo mismo, pero bien vestido), impecable, nunca lo hubiera pensado. Las monjas dan los estudios muy baratos o prácticamente gratis a ciertos alumnos que no pueden permitírselo, y por eso este chico hace de 8h a 16h unos estudios, y de 17.30h a 20.30h el grado. La verdad es que es increíble pensar lo que puede pasar la gente y no te das ni cuenta porque son luchadores natos y no muestran ni un ápice de debilidad, no se rinden, y tienen una fuerza increíble para intentar cambiar su situación social y vivir mejor.

Sí que es verdad que en el College en general no se ve ropa especialmente cara, y varias personas viste con ropa medio rota de lo desgastada que está, pero algunos no visten tan mal y puede que estén en la misma situación de los que parecen muy pobres.

El contrapunto gracioso y entrañable lo han puesto los niños del kindergarden, que han hecho bailes y la representación de la historia del nacimiento de Jesús. Como viene siendo normal, han tenido su puntos graciosos por la espontaneidad propia de los niños, y en los bailes, impresionante como se mueven estos pequeñajos, jejeje, son tan monos con los trajes típicos y moviendo cabeza y hombros haciendo las danzas regionales!!

A ver si la próxima entrada en el blog me permite contar algo más de la Navidad de aquí, aunque sea por lo que me cuenten.

FELIZ NAVIDAD ETÍOPE, el día 28 de Tahsas de 2004 (fecha local, claro J).

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